Se llamaba Andrés y hace muchas lunas que no sé nada de él. Pero aquí queda su historia, la que me contó al oído hace tanto. Él quería que la gente la supiera, que no se olvidaran de sus ojos oscuros, para que no se volviera a repetir. Por eso os la cuento.
Quizá tú tengas algo que decir, quizá. Dale al play y escucha despacio. Porque la de Andrés es solo una de muchas historias, de miles de historias. Porque la tristeza a veces es fácil de evitar. Porque tú puedes cambiar la historia. ¿Quieres saber qué pasó?
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