Todavía hay quien dice que sus hábitos alimenticios no son dignos de tres tenedores. Que sus delicatessen de carroña y sus formas taberneras no gustan. Sin embargo, hoy veremos lo importante de que se sigan sentando a nuestra mesa esos reyes del cielo que son los buitres.
Sus sombras sembraban en otra época una campiña que hoy ya no los recuerda, y su silueta altanera hacía a los chicuelos alzar la vista y a las abuelas entonar antiguas canciones. Un repaso de lo que fue para alentar a lo que será. Iñigo Zuberogoitia, que compartió veladas con estos veleros de los cantiles nos habla de una ¨inteligencia buitreril¨ que te dejará con el pico abierto.
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