Lo hay. Va por veredas y Cañadas reales por las que acompañaremos a Manuel y un rebaño de merinas hasta una habitación de mil estrellas. La trashumancia habla. Lo hace alto y claro, con el sonido de mil pisadas al son y los cencerros lejanos. Veremos cómo esta tradición, que puso en marcha la misma naturaleza antes de enseñársela al hombre, es hoy una profesión de futuro que abre una ventana de esperanza al ser humano y a todo un ecosistema.
Por eso hablaremos con Pedro Pérez, pastor trashumante recién llegado de un viaje duro pero libre, acompañado por unas vacas cornivueltas que le mugen a un camino en el que han puesto todas sus esperanzas.